Esto va de aprender fotografía disfrutando.

Aquí hablamos de cómo hacer mejores fotos, de técnica fotográfica, de qué cámara comprar, de luz, de composición... Si tiene que ver con la fotografía antes o después hablaremos de ello. Palabra.

El encuadre en tus fotografías (I). La proporción del encuadre

Encuadre en fotografía
Con este primer artículo estreno una serie de posts dedicada exclusivamente al encuadre en nuestras fotografías. En esta primera entrega hablaremos del formato de nuestro encuadre.

En este post hablamos de...

Cuando uno se pone a leer sobre encuadre fotográfico el lío es monumental. Unos hablan de formatos de encuadre, otros lo hacen de tipos de encuadre, otros de planos del encuadre, los más hablan de composición y eso sí, nadie se olvida del reencuadre.

Voy a intentar centrar el tiro y explicarte lo que entiendo yo cuando hablamos de encuadrar nuestras fotografías. Para ello, en esta primera entrega hablaremos sobre las proporciones del encuadre y su importancia.

La proporción de nuestro encuadre

Cuadros en diferentes formatos

Fuente: Museo del Prado

Todas las pinturas que ves en la imagen están realizadas sobre lienzos que tienen medidas diferentes. Cuando el lienzo tiene una forma rectangular o cuadrada, las medidas de sus lados determinan la proporción utilizada en la obra. Tal proporción nos indica cómo se relacionan el ancho y el largo en términos de distancia. Como supondrás esto tienen gran importancia en el resultado final de la obra.

Originalmente el «lienzo» del fotógrafo quedaba determinado por el formato de su cámara. Es decir, las medidas configuradas en la cámara para exponer la película, definían la proporción de las fotos que sacaba.

La base está en la fotografía analógica

En fotografía analógica generalmente se acepta que hay tres grandes tipos de formato: el 35mm, el formato medio y el gran formato.

El gran formato hace referencia a cámaras que utilizan hojas de película individuales (se insertan individualmente en la cámara a través de placas). Generalmente utilizan tamaños de 4×5, 5×7 y 8×10. Podemos calcular que sus proporciones serían 4:5, 5:7 y nuevamente 4:5.

La película de formato medio se articula a través de rollos. Sus medidas habituales son variadas (6×6, 6×7, 6×8, 6×9, 6×12…) pero siempre manteniendo uno de sus lados, pues obviamente el ancho debe permanecer fijo a lo largo del rollo de película. Es decir nos encontramos con relaciones o proporciones como 1:1, 6:7, 3:4, 2:1, 1:2…

Por último tenemos el formato de 35mm. Fue el más popular desde que Oskar Barnack tuviera a bien adaptar la película de 35mm utilizada en cine para usarla en una pequeña cámara que inventó mientras trabajaba en la empresa Leitz Camera. Esa cámara fue bautizada como Leica I y comenzó a comercializarse en 1925.

La adaptación de la película de cine de 35mm a la fotografía

Del cine a la foto. Primer prototipo de Leica (Leica UR)

Los fotogramas de la película de 35mm tienen unas medidas de 24mm x 36mm, es decir su proporción es de 3:2 (o lo que es lo mismo, la relación del largo con el ancho es de 1,5 veces).

El salto digital

A mediados de los 90 se empiezan a popularizar las cámaras sin película. El proceso analógico cae en el olvido tras cambiarse la película por los sensores digitales. Este cambio supone que ahora la luz que se expone queda capturada por un sensor digital en vez de por una película.

Comienzan a aparecer un montón de sensores, con un montón de tamaños diferentes. Hay que tener en cuenta que la gran cantidad de dispositivos que utilizan un sensor (desde nuestras cámaras hasta los móviles, webcams, etc.) hace que la variedad sea elevada, y por tanto también sus dimensiones y ratios de aspecto nativos.

Centrándonos en las cámaras fotográficas, a día de hoy se ha estandarizado el sensor «full frame» (no confundir con el gran formato analógico) como la referencia base. Esto es así porque resulta tener las mismas dimensiones que el fotograma analógico de 35mm que comentábamos antes (24mm x 36mm, y proporción 3:2).

A grandes rasgos, en medidas inferiores al full frame tendríamos los sensores APS-C y micro 4:3 y en medidas superiores estarían los sensores de formato medio. Sin embargo, al ser tan variada la oferta de sensores lo mejor siempre es tomar las especificaciones del fabricante, pues, aunque intentemos crear categorías, las dimensiones de los sensores pueden llegar a variar notablemente a medida que se mejoran sus capacidades.

Eso sí, independientemente de los tamaños de sensor, los ratios de aspecto actuales suelen ser de forma nativa 3:2 y 4:3 y a partir de ahí el software de nuestra cámara nos permite usar otros formatos como 1:1 o 16:9.

Con todo, podemos concluir que la proporción de nuestro encuadre viene determinado por las dimensiones nativas de la película/sensor que utilizamos. Pero siempre teniendo en cuenta que dichas proporciones pueden ser modificadas (tanto en la propia cámara antes de tomar la foto, como posteriormente). Eso sí, si lo hacemos estaremos despreciando el trabajo de parte del sensor o de la película analógica.

Por qué es importante el formato de nuestro encuadre

Tanto si dejamos la proporción nativa como si modificamos dicha proporción, finalmente al mirar por nuestro visor veremos sólo una parte de la escena que tenemos frente a nosotros. Este «trozo» de escena estará encuadrada con unas proporciones determinadas. Así que podemos decir que comenzamos el proceso de diseño de nuestra foto con esas proporciones como punto de partida.

Para acabar y a modo de ejemplo, veamos la siguiente escena:

Escena de ejemplo

Supongamos que la imagen anterior representa la totalidad de la escena que tenemos delante; es toda la realidad que vemos. Nos interesa el caballo que aparece en la zona central y pensamos que sería una buena idea disparar una foto apaisada con nuestro sujeto centrado. Fíjate cómo cambia la cosa dependiendo del formato de encuadre que tengamos en nuestra cámara:

Diferentes formatos de encuadre fotográfico

Seguramente de las cuatro imágenes unas te gustaran más y otras menos. La posición del sujeto no ha variado, pero la sensación que obtenemos como espectadores es muy diferente…

Cada formato nos obliga a pensar en el diseño de nuestra foto de forma distinta y por ello el formato en el que disparamos es importante. No podemos plantear una foto de la misma manera si vamos a trabajar un 1:1 o un 16:9. La forma en la que componemos nuestra imagen será diferente, pues los elementos que aparecen en ella se comportarán de manera también diferente, tanto entre ellos mismos como respecto al propio espacio que enmarca la imagen.